“La
existencia de vertederos a lo largo y ancho del planeta plantea una serie de
problemas, que afectan a los residentes que viven a su alrededor, disminuyendo
de forma drástica su calidad de vida, pero también dañan al Medio Ambiente
circundante, a la flora y a la fauna, según indicaciones de la ONU.”
Microbios, bacterias, parásitos
La
fermentación de los residuos domésticos orgánicos crea condiciones favorables
para la supervivencia y el crecimiento de patógenos microbianos, que propagan
enfermedades infecciosas, especialmente del tipo
gastrointestinal, dermatológico y/o afecciones del sistema respiratorio y
cardíaco.
En las
cercanías de estos vertederos es posible la presencia de enfermedades como el
cólera, la disentería, la parasitosis, la fiebre tifoidea y las infecciones de
la piel. Además, en estos sitios proliferan las moscas, cucarachas, mosquitos,
ratas y palomas, que también son portadores y transmisores de varias
afecciones (leptospirosis,
dengue, filariasis, etc.).
Gases
Los
vertederos de basura son grandes contaminadores del Medio
Ambiente, ya sea por aire, tierra y/o agua. El mal olor que
emana de estos sitios proviene de las altas concentraciones de amoníaco y
sulfuro de hidrógeno, que despide la basura acumulada.
Los gases de
los vertederos se producen cuando las bacterias descomponen los residuos
orgánicos y dicha
generación depende de varios factores, como la humedad, la composición de la
basura, la temperatura y hasta la antigüedad del depósito.
Por causa de este tipo de emanaciones se pueden
producir incendios y explosiones en los vertederos de basura. Estos accidentes
son más frecuentes durante la época de lluvias, puesto que el agua que se
filtra en los intersticios que hay en las montañas de basura y ayuda a la
generación y liberación del metano (que además es un potente gas de
efecto invernadero).
La inhalación de gases tóxicos es un problema
de salud pública para aquellos que residen en las proximidades de los
vertederos de basura. El metano y el dióxido de carbono (CO2)
producidos se pueden acumular en los edificios y casas y desplazar el oxígeno,
produciendo graves problemas respiratorios.
Aguas contaminadas
La polución
del agua de arroyos, ríos, lagos, capas subterráneas y del suelo se produce por
el contacto directo con los contaminantes orgánicos y químicos que se liberan, lo que se traduce que
el agua circundante no es apta para el consumo, además de tener mal sabor y
olor y la tierra se convierte en foco de infecciones.
Muchas
sustancias peligrosas pasan a la cadena alimentaria a través de las plantas y
animales que se alimentan de ellas. Esto puede conducir a la
intoxicación radiactiva y química de los seres humanos. Ciertos
productos como los cianuros, el mercurio y los bifenilos policlorados son
altamente tóxicos y pueden provocar diferentes tipos de cánceres.