LAS EMOCIONES REPRIMIDAS TU CUERPO LAS GRITA
Por: MARÍA FERNANDA
ÁLVAREZ CARDONA
PSICÓLOGA
Universidad Nacional
Abierta y a Distancia
Las emociones son inherentes
al ser humano. Son reacciones que experimenta todo individuo independientemente
de su género, raza o lugar en donde vive. Se activan fisiológicamente y cumplen
una función adaptativa a las demandas del ambiente.
Constantemente estamos
sumergidos en diversas emociones: ¿Quién no ha experimentado euforia, placer o
alegría? Cuando esto sucede, el cerebro libera sustancias como dopamina y
serotonina, que producen bienestar y potencian el sistema inmune. Por ende,
surge la inquietud: Si estos son los resultados de las emociones consideradas
positivas, ¿Qué efectos provocan las emociones consideradas negativas como
miedo, ira y tristeza?
Estudios científicos
demuestran que, cuando estas emociones consideras negativas son intensas
y constantes, ocasionan enfermedades y el sistema inmunológico se vuelve más
vulnerable.
En otras palabras, aquellas
emociones reprimidas en nuestro interior empiezan a delatarse por medio de
síntomas y enfermedades que, en muchas ocasiones, no tienen diagnóstico médico
y, aun con medicación, no hay resultados benéficos.
Quizás se debe ir a la
fuente del problema y esta puede ser una emoción no controlada que se convirtió
en un padecimiento físico. Somos nosotros mismos quienes definimos lo positivo
o negativo de cada situación que sucede y a partir de la connotación provista,
será determinante en el comportamiento y cuerpo.
Los expertos declaran que cada órgano o lugar
afectado tiene una interpretación emocional, produciendo un resultado
bioquímico en el cuerpo, el aumento de adrenalina deprime el sistema
inmunológico. Algunos ejemplos de padecimientos relacionados con las emociones
el dolor de espalda alta se relaciona con cargas que estamos llevando y que tal
vez no nos corresponden, mientras que las molestias de la espalda baja se
relacionan con preocupaciones económicas; el dolor de garganta refleja aquellas
cosas que no se han logrado comunicar; cuando el dolor de cabeza es frecuente, hay
dudas que te aquejan.
Lamentablemente, no fuimos
educados en manejo de emociones. Sin embargo, podemos aprender a gestionarlas
si revaluamos de manera positiva lo que nos sucede, si evitamos dejarnos llevar
por la emoción y afrontamos las situaciones de un modo más racional. Con ello
no solo podríamos hacerle un favor a nuestra mente, sino también a nuestro
cuerpo.