París, la muy contaminada capital francesa, sigue plantándole
cara al coche. El gobierno municipal, con Anne Hidalgo como alcaldesa, no deja
de ganar batallas en su decidida
guerra contra
la polución urbana ocasionada por el tráfico rodado. Sin duda, un ejemplo a
seguir a nivel europeo y también global.
En esta ocasión, sencillamente
se ha dado un paso más en la política de restricción de automóviles, que no es
poco. Tanto por lo avanzada que ésta se encuentra como por lo difícil que
resulta seguir haciéndolo, habida cuenta de lo polémico de muchas de sus
medidas a nivel ciudadano.
Ese más difícil todavía adopta
la forma de medidas anunciadas este domingo, 8 de enero, para que el centro no
sufra tanto la tiranía del coche y luchar contra la polución ambiental que este
provoca.
Su objetivo, a fin de cuentas,
no es otro que conseguir que el coche deje de ser un elemento omnipresente en
la urbe mediante políticas que animen a optar por el transporte público o la
bici. En suma, a apostar por la movilidad sostenible.
Su política ya de largo plazo en este sentido ha convertido a París es
una de las ciudades europeas que más han hecho para mejorar el aire de la
ciudad. Su punto de partida era complicado, pues París es una ciudad tremendamente
polucionada, y solucionarlo implica, sí o sí, detener los altos niveles de
polución atmosférica provocada por el coche.
Las nuevas eco medidas
Hidalgo ha explicado la importancia de que el cruce de París de oeste a
este sea limpio, y no se refiere a animar a hacerlo comprando un billete de
metro, precisamente.
Entre otras cosas, porque la recomendación del uso del transporte
público es más que obvia. La atención de la primera edil se centra en reducir
drásticamente la circulación sus dos ejes principales: las plataformas elevadas
y la Rue de Rivoli.
Otro ejemplo de restricción del
tráfico se ha planeado en la vía Georges Pompidou que va a lo largo del Sena,
se reducirán las altas plataformas para dar protagonismo a un tranvía-autobús
eléctrico o ferrocarril cuya entrada en funcionamiento se prevé para 2018.
En números, el objetivo de los nuevos planes, que priorizan
peatonalizar áreas importantes del centro urbano y restringir el tráfico en la
urbe, es reducir a casi la mitad el número de vehículos privados en las
carreteras de París.
Como hemos apuntado, hacerlo posible implicará tomar medidas importantes, entre las que se incluye el también mencionado nuevo tranvía eléctrico o la mejora de las infraestructuras para los carriles bici.
Como hemos apuntado, hacerlo posible implicará tomar medidas importantes, entre las que se incluye el también mencionado nuevo tranvía eléctrico o la mejora de las infraestructuras para los carriles bici.
“El centro de la ciudad está
peatonalizándose, pero permanecerá abierto a los vehículos pertenecientes a
residentes locales, la policía, servicios de emergencia y para las entregas,
pero no para todos los interesados”, explicó la alcaldesa parisina.
En línea con la dinámica global
que se observa en otras ciudades igualmente punteras en este sentido, “nuestro
objetivo es la reducción significativa en el tráfico de automóviles, como hacen
las grandes ciudades de todo el mundo”, dice.
Sin embargo, el camino no es
sencillo. Hidalgo lamenta que algo tan fácil de entender como la necesidad de
mejorar la calidad del aire urbano, resulte impopular. “Debemos recordar
constantemente a la gente: cuantos menos coches haya, menos contaminación
habrá”, concluye.
Pese a su lado novedoso, las
medidas que plantea siguen en la misma línea que las anteriores (prohibir la
circulación de los coches más viejos, conducción en días alternos, fomento de
la bici, del coche eléctrico y del transporte público, entre otras), por lo que
se es consciente de su cara y de su cruz.
Es decir, tanto de las
controversias que generarán como de lo mucho que contribuirán a cambiar las
cosas. Y una de esas transformaciones claves será convertir el centro urbano en
una zona semipeatonal o ir avanzando para lograr el fin del diésel para 2025.
Por otro lado, a nivel nacional
serán obligatorio llevar unas pegatinas a partir del 16 de enero que irán
pegadas en el parabrisas del coche con el fin de identificar a los coches más
contaminantes.
Se trata de un método con el
que la Ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, implementa una serie de
“licencias” divididas en seis categorías que se corresponden a con las
distintas pegatinas, cuyo color varía en función de éstas.
Las pegatinas serán útiles cuando se quiera activar protocolos de
contaminación en momentos críticos. Su fácil identificación será un elemento
muy práctico a la hora de hacer cumplir medidas selectivas de restricción de
tráfico que afectarán a los vehículos más contaminantes.
Además de hacerlas servir en los picos de polución limitando o
prohibiendo la circulación de los vehículos más polucionantes, como la que
sufrió París a finales de diciembre, con las pegatinas Crit’Air también se
espera aumentar la concienciación ciudadana al respecto.
Un París más respirable
Son acciones cotidianas para convertir una ciudad tan populosa como
París en una urbe más habitable, verde y saludable. Al tiempo que se dan pasos
importantes para salvar el clima, otro aspecto que no se quiere descuidar.
No olvidemos que París fue la sede de la reunión climática
celebrada a finales del 2015, con el histórico
resultado obtenido
gracias al acuerdo global logrado.
Igualmente, Anne Hidalgo es presidenta de la coalición
C40 de urbes comprometidas con el clima, que cuenta con la
participación de un total de 90 de las ciudades más grandes del mundo.
Al margen de la opinión que
pueda merecer a unos u otros su orientación política, no puede negársele que en
protección ambiental está a la cabeza de un ayuntamiento que actúa. Todo un
lujo, aunque muchas de sus medidas cuesten, y hasta duelan.
Ecología Verde