Aprender a comer de
manera saludable no es fácil. Requiere de mucha paciencia y dedicación, así también de mucha voluntad. Desde las
instituciones y los hogares, se debe enseñar a los
jóvenes a adquirir hábitos saludables para evitar el sobrepeso y los problemas
de salud que conlleva.
El ejercicio físico
también es un factor fundamental para llevar una vida más sana. Realizar actividades 3
veces por semana como mínimo, evitará el sedentarismo y
la obesidad. Es necesario tener en cuenta una serie de consejos y estrategias para
acompañar a los jóvenes a una vida más saludable.
En primera instancia es importante enseñarles a desayunar. Cuando los jóvenes comienzan la universidad dejan de desayunar ya que no se sienten obligados a hacerlo. Sin embargo, no deja de ser la comida más importante del día. Es necesario consumir lácteos, frutas y cereales (todos en cualquiera de sus formas) para comenzar el día de la mejor manera.
Las verduras y legumbres deben continuar en la dieta diaria de los adolescentes y jóvenes. Para ello podremos implementar varias recetas que ayudan a condimentar los alimentos y darles un sabor más amigable. Además, es necesario incorporar frutas. Éstas pueden ser consumidas como colación (complemento o tentempié).
Por último, y no menos importante, es necesario reducir la cantidad de comida basura que consumen los jóvenes. Para ello debemos limitar los encuentros en negocios de comida rápida, y comenzar a preparar más almuerzos y cenas en casa. Es decir, adquirir un hábito de comida casera hará que los jóvenes reduzcan el consumo de grasas y alimentos mal elaborados.
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UNIVERSIA