Cada
19 de octubre se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Mama, fecha elegida
para realizar diferentes actos e iniciativas destinadas a dar difusión,
visibilidad y concienciar acerca de diferentes aspectos del cáncer de mama, su
prevención y su tratamiento.
Según
datos de la Asociación Española contra el Cáncer, en el año 2008 se
diagnosticaron unos 1.380.000 nuevos casos de cáncer de mama en todo el mundo
cifra que hoy se estima se ha multiplicado por más de tres.
En
Estados Unidos el cáncer de mama se da con más frecuencia en mujeres de raza
blanca. Sin embargo, para edad menor a 45 años, las mujeres de raza negra son
más propensas a sufrirlo.
En general, la mortalidad es mayor en mujeres de raza
negra, siendo las que menos riesgo tienen las mujeres asiáticas, latinas y
nativas americanas.
En
la actualidad es el tumor más frecuente en la población femenina tanto en
países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo.
Gracias
a las medidas de prevención y a la mejora de los tratamientos, la supervivencia
media global está en torno al 90%; sin embargo, en el estadío 1 es casi del
98%, pero va bajando al aumentar el estadío (gravedad) de la enfermedad, por
ello se insiste tanto en las medidas preventivas y la detección precoz.
También es un
problema de hombres
La
incidencia es mucho, muchísimo más baja en hombres. Por ejemplo, con datos de
2013 en Estados Unidos, frente a más de 232.000 casos de cáncer de mama en
mujeres, se preveía el diagnóstico de alrededor de 2.200 casos nuevos en
hombres.
Eso
quiere decir que, si bien el riesgo es mucho menor, esto lo hace también
peligroso, pues es fácil que sea ignorado, o que la persona que lo tenga ni
siquiera imagine que podía sufrirlo, o que desconozca la existencia de medidas
preventivas o de detección precoz. Por todo ello, hablamos de la importancia de
conocer y dar visibilidad al cáncer de mama en hombres.
Medios para
detección precoz y prevención
Conocer
los factores de riesgo es una buena idea, pues hay algunos sobre los que
podemos actuar. Por ejemplo, controlar el peso, pues el tejido graso se
relaciona con mayor probabilidad de sufrir cáncer de mama. También controlar la
alimentación, pues sabemos que hay alimentos que agravan el riesgo de sufrir ciertos
tipos de cáncer. Consumo de alcohol y tabaco también se relacionan con aumento
del riesgo de cáncer, por lo que se recomienda eliminarlos.
En
cuanto al ejercicio, en el cáncer de mama hay mucha evidencia de que el
ejercicio es eficaz como prevención, durante la fase de tratamiento, y en la
fase después de haber superado el cáncer, para una buena calidad de vida, pero
también para reducir el riesgo de recidiva.
Y
para el diagnóstico precoz, se recomienda de manera general conocer la
autoexploración y acudir a los profesionales sanitarios para pedir información
y realizar los exámenes preventivos pertinentes.
Por
todo esto y mucho más, por ser una enfermedad dura, frecuente, pero cuya
prevención y tratamiento ha mejorado mucho, por ello queremos dar visibilidad,
un año más a la lucha contra el cáncer de mama, poniendo nuestro pequeño
granito de arena con la difusión de información como esta, y también sobre
hábitos saludables y ejercicio y vida sana como medida para mantener y mejorar
la salud.