¿Crees que tus hijos están
preparados para las redes sociales?
Esta
es una pregunta que para muchos padres parece contestarse sola, gracias a los
múltiples problemas que han surgido y que tienen como protagonistas a los niños
y adolescentes.
Pornografía,
extorsiones, secuestros, la incitación al suicidio… y la lista es larga.
¿Su hijo está seguro de sí mismo?
Edison
Monsalve Cuartas, docente y Especialista en Sistematización y Gestión de datos,
explica que “el problema en sí no es de redes sociales digitales o de
tecnología, sino a lo que se está expuesto como seres humanos”.
Esto
tiene muchísimo que ver con la personalidad de quienes entren a las redes sociales,
pues, para Monsalve, “un individuo en un grupo social puede verse influenciado,
como cuando haces tontadas con tus amigos, y peor si mezclas alcohol. En redes
sociales es lo mismo, salvo que el impacto, presión y difusión es más alto.
Entonces, si se tiene acceso a la tecnología se tiene acceso al porno, bulliyng
y otros factores por igual”. Y es que, aunque exista control de los padres, la
madurez y educación de un individuo es lo que realmente controla.
“De
nada sirve todo el control paternal si el menor es fácilmente influenciable.
Algunos sectores pueden poner límites a páginas web y otras tecnologías pero
cosas como ‘La ballena azul’, pueden llegar por redes como Facebook o WhatsApp
que, al parecer, son necesarias para estar comunicados. Como siempre habrá
manera de saltar cualquier bloqueo, al final del día dependerá de la educación,
carácter e influenciabilidad del sujeto”.
Solo
hace algunos días, a raíz de la estrategia de ‘La ballena azul’ para hacer
que
los adolescentes se suiciden, y cuyo contacto se hace a través de las redes, el
director de la Dijín, general Jorge Vargas, explicó: “con el Centro de
Cibercrimen de la Interpol en Singapur se viene intercambiando información
desde que tuvimos conocimiento por varias denuncias. Igualmente,
contactamos al
Centro de Cibercriminalidad de Europol, autoridades de Rusia, México y otros 18
países donde se vienen presentado estos casos hace cuatro años”.
Sí.
Ya hay denuncias en Colombia, por lo cual Vargas invita a generar un mensaje de
alerta sobre la navegación responsable y sobre la responsabilidad que tienen
los padres en acompañar a los niños, pero a todas luces, esto no parece
suficiente.
“Muchos
padres les dan un celular a sus hijos, quienes comúnmente saben más que los
padres de tecnología y, por ende, aunque lo restrinja, el niño encontrará la
manera de saltarse.
Este
contenido inadecuado llega por vías “saludables, útiles o saneadas”, esto es
que el contenido de este “crimen cibernético” puede saltar los filtros,
apareciendo, por ejemplo, bajo el nombre de “En la búsqueda de la felicidad”.
“Pero los niños podrían llegar a él, o él a los niños, sin ningún problema”,
enfatiza Monsalve.
“Entonces,
las preguntas serían: ¿A qué edad usted expondría a sus hijos a la presión de
las redes sociales (con o sin vigilancia)? y ¿qué tan maduro puede llegar a ser
el niño como para afrontar las situaciones donde la moral y su propia vida
puede resultar afectadas?”, finaliza el académico.
Recomendaciones de la Policía
-
Explicar a los hijos los riesgos de grupos cerrados en las redes sociales que
atenten contra su integridad.
-
Detectar comportamientos extraños que salgan de la rutina diaria de sus hijos
adolescentes.
-
Estar alerta ante comportamientos extraños como que los niños se despierten en
la madrugada, se mutilen.
-
Verificar las partes del cuerpo no visibles, pues se autoflagelan dibujando
figuras, símbolos o códigos específicos (en el caso de ‘La ballena azul’).
-
No permitir que los niños y adolescentes a su cargo planeen encuentros con
desconocidos.
-
Los administradores de estos grupos realizan ingeniería social para determinar
los perfiles de las personas, por lo que han publicado en sus redes.
-
Verificar los grupos a los cuales están vinculados los menores, en WhatsApp o
en cualquiera de las redes sociales.
-
Los administradores de grupos criminales sicópatas, son personas con
conocimientos amplios en sistemas y realizan ingeniería social muy precisa para
manipular a sus víctimas con la información que publican, ya que aseveran que
una vez dentro del “juego” no se podrán ir y los amenazan con encontrarlos para
“acabar con el trabajo”.