Una revisión
sugiere que muchas personas mayores tienen dificultades para dormir de forma
profunda y restauradora, lo que se añade a sus problemas de salud
La mayoría de personas experimentan cambios en el sueño a
medida que envejecen, pero una nueva revisión sugiere que algunos adultos
mayores pierden la capacidad de dormir de forma profunda y restauradora.
Y eso puede acarrear consecuencias para la salud, advirtió el
autor de la revisión, Bryce Mander, investigador sobre el sueño en la
Universidad de California, en Berkeley.
La "fragmentación" del sueño se ha vinculado con
varias afecciones médicas, entre ellas la depresión y la demencia, dijo Mander.
Las personas con sueño fragmentado se despiertan varias veces por noche, y se
pierden las etapas profundas del sueño.
Es verdad que las afecciones médicas, o sus tratamientos, pueden
provocar problemas del sueño, según Mander.
Pero dormir mal también puede contribuir a las enfermedades,
añadió.
Un ejemplo es la demencia. La investigación sugiere que hay un
vínculo "bidireccional" entre las perturbaciones del sueño y el
proceso de la demencia, dijo Joe Winer, otro investigador de Berkeley que
trabajó en la revisión.
Esto significa que con frecuencia la demencia provoca problemas
del sueño, y dormir mal podría a su vez acelerar los declives en la memoria y
las habilidades de pensamiento. Según Winer, la investigación con animales
sugiere que el sueño profundo ayuda a "limpiar" el cerebro de las
proteínas beta amiloideas que se acumulan en las personas con demencia.
Así que podría haber un "círculo vicioso", planteó
Winer, en que la demencia y el hecho de dormir mal se fomenten mutuamente.
Unos círculos viciosos similares podrían también tener que ver
con otras
enfermedades, dijo Mander. Pero también enfatizó que algunos cambios
en los hábitos de sueño podrían ser perfectamente normales.
Las personas mayores son famosas por su tendencia a
"acostarse y levantarse temprano". Quizá también duerman un poco
menos que en su juventud. Y quizá esto esté bien, dijeron los investigadores.
"No deseamos crear un pánico respecto a que si duerme un
poco menos que antes desarrollará demencia", comentó Mander.
Pero añadió que es importante reconocer al sueño como uno de los
factores de estilo de vida que son esenciales para una buena salud, junto con
el ejercicio y una dieta saludable.
De hecho, anotó Mander, un motivo por el que el ejercicio
regular nos mantiene sanos es que puede respaldar un sueño de mejor calidad.
"¿Por qué algunas personas envejecen 'con mayor éxito' que
otras?", preguntó. "Creemos que el sueño es uno de los
factores".
El Dr. Sanjeev Kothare, un especialista en el sueño que no
participó en el estudio, dijo que dormir mal "claramente" tiene
consecuencias para la salud.
La apnea del sueño es un buen ejemplo, dijo Kothare, del Centro
Integral de Epilepsia y Sueño Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
La apnea obstructiva del sueño provoca pausas e inicios
repetidos en la respiración durante la noche, y se vincula con enfermedades
importantes, como la enfermedad cardiaca y la diabetes. La investigación
también sugiere
que puede acelerar los declives en la memoria y el pensamiento.
La Dra. Phyllis Zee, jefa de medicina del sueño de la
Universidad de Northwestern, en Chicago, dijo que la calidad del sueño es más
importante que su "duración".
De forma que si las personas mayores duermen un poco menos que
antes, o se despiertan una vez por noche y vuelven a dormirse rápidamente,
probablemente eso no sea motivo de alarma, según Zee.
Pero, dijo, los adultos mayores deben hablar con el médico si
duermen de forma rutinaria menos de seis horas por noche, o carecen de bloques
largos y "consolidados" de sueño.
En algunos casos, la apnea del sueño podría tener la culpa, dijo
Zee.
En otros casos, las personas quizá necesiten ajustes en el
estilo de vida para poder mejorar su sueño. Según Zee, la buena noticia es que
"los cambios conductuales y ambientales son potentes".
Las personas mayores pueden mejorar su sueño al incluir la
actividad física y social en su rutina diaria, aseguró Zee. De noche, sugirió
asegurarse de que la temperatura en la habitación sea cómoda y limitar la
exposición a la luz artificial, sobre todo el brillo azul de las pantallas de
computadora y televisión.
Zee también enfatizó la importancia de recibir suficiente luz
diurna, en la mañana y en la tarde. Esto ayuda a controlar a los ritmos
circadianos (el ciclo de sueño y vigilia) del cuerpo.
Pero las personas no deben esperar a la vejez para darle importancia
al
sueño. Según el equipo de Mander, las personas con frecuencia comienzan a
perder la capacidad de sueño profundo en la mediana edad, y ese declive
continúa a lo largo de los años.
Mander dijo que lo que todavía no está claro es si unos buenos
hábitos de
La
revisión, que analizó la literatura médica sobre el tema del sueño y el
envejecimiento, aparece en la edición en línea del 5 de abril de la revista Neuron.
HealthDay
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