Impulsado por el aumento de los ingresos y la alta demanda de nuevos
aparatos y electrodomésticos, el aumento promedio de los desechos electrónicos
en los 12 países y áreas analizadas --Camboya, China, Hong Kong, Indonesia,
Japón, Malasia, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia y
Vietnam-- fue del 63 por ciento en los cinco años y ascendió a 12,3 millones de
toneladas, un peso 2,4 veces mayor que el de la Gran Pirámide de Guiza, en
Egipto.
La generación de desechos electrónicos está creciendo
rápidamente en Asia Oriental, un 63% entre 2010 y 2015, tanto en el volumen
total como en las medidas per cápita.
Impulsado por el aumento de los ingresos y la alta demanda de
nuevos aparatos y electrodomésticos, el aumento promedio de los desechos
electrónicos en los 12 países y áreas analizadas --Camboya, China, Hong Kong,
Indonesia, Japón, Malasia, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Taiwán,
Tailandia y Vietnam-- fue del 63 por ciento en los cinco años y ascendió a 12,3
millones de toneladas, un peso 2,4 veces mayor que el de la Gran Pirámide de
Guiza, en Egipto.
Solo China más que duplicó su generación de residuos
electrónicos entre 2010 y 2015 a 6,7 millones de toneladas, un 107 por ciento
más, según las conclusiones del 'Monitores Regional de Residuos Electrónicos:
Asia Oriental y Sudoriental' recopilado por el laboratorio de ideas de la ONU,
la Universidad de las Naciones Unidas, a través de su Programa de Ciclos
Sostenibles (SCYCLE, por sus siglas en inglés) y financiado por el Ministerio
japonés de Medio Ambiente.
Utilizando la metodología de estimación de la Universidad de las
Naciones Unidas, la investigación muestra que el incremento de las cantidades
de residuos electrónicos supera el crecimiento de la población. En 2015, la
generación media de residuos electrónicos per cápita en la región fue de
aproximadamente 10 kilogramos, con la mayor generación en Hong Kong (21,7
kilogramos), seguida de Singapur (19,95 kilogramos) y Taiwán, provincia de China
(19,13 kilogramos).
Se detectaron grandes diferencias entre las naciones a escalas
per cápita, con Camboya (1,10 kilogramos), Vietnam (1,34 kilogramos) y
Filipinas (1,35 kilogramos), como los menores generadores de desechos
electrónicos per cápita en 2015. El informe presenta de manera única un resumen
de los estados regionales de residuos electrónicos.
"Para muchos países que ya carecen de infraestructura para
el manejo ambientalmente racional de los desechos electrónicos, los volúmenes
crecientes son motivo de preocupación", dice el coautor de la Universidad
de las Naciones Unidas Ruediger Kuehr. "Aumentar la carga sobre los
sistemas existentes de recolección y tratamiento de residuos empuja hacia el
reciclaje y la eliminación ambientalmente inadecuados", añade.
CINCO
TENDENCIAS CULPABLES DEL AUMENTO DE RESIDUOS ELECTRÓNICOS
El documento cita cuatro tendencias principales responsables del
aumento de los volúmenes: más dispositivos, más consumidores, disminución del
tiempo de uso e importaciones. Los investigadores explican en su trabajo que la
innovación en tecnología está impulsando la introducción de nuevos productos,
particularmente en la categoría de electrónica portátil, como tabletas y
prendas de vestir como relojes inteligentes; además de que en la región
oriental y del sudeste asiático, hay países en vías de industrialización con
poblaciones en crecimiento, pero también clases medias en rápido aumento que
pueden permitirse más 'gadgets.
El tiempo de uso de los dispositivos ha disminuido, en parte por
los rápidos avances que hace que los productos antiguos queden obsoletos debido
a incompatibilidades de hardware (por ejemplo, memorias USB que reemplazan a
los disquetes) y requisitos de software (por ejemplo, requisitos mínimos para
los PC para el software operativo y otras aplicaciones), pero también a
factores como productos de moda. A medida que se reemplazan más dispositivos
más rápidamente, los residuos electrónicos crecen.
La importación proporciona una mayor disponibilidad de
productos, tanto nuevos como de segunda mano, lo que también eleva el
desperdicio electrónico al llegar al final de su vida útil. El informe advierte
sobre el uso indebido e informal de basura electrónica que prevalece en la
mayoría de los países del estudio, independientemente de la legislación
nacional sobre residuos electrónicos.
Los consumidores y recicladores son a menudo culpables de los
vertidos informales, en particular de "vertidos abiertos", en los que
se liberan en el medio ambiente las partes no funcionales y los residuos fruto
de las operaciones de desmantelamiento y tratamiento. Los estudios en la región
muestran que las principales razones son una falta de sensibilización, de
incentivos, por cuestiones de comodidad, ausencia de sitios adecuados y una
gobernabilidad débil y aplicación laxa de la normativa.
El informe también señala prácticas comunes como la quema a
cielo abierto, que puede causar efectos agudos y crónicos sobre la salud
pública y el medio ambiente. Principalmente, los recicladores informales son
los que practican la quema abierta cuando separan los compuestos orgánicos e
inorgánicos (por ejemplo, quemando cables para recuperar el cobre).
Aunque es menos común, la combustión espontánea ocurre a veces
en sitios de vertido abiertos cuando los componentes, como las baterías,
activan fuegos debido a cortocircuitos. El reciclaje informal, también llamado
"reciclaje de patio trasero", es un reto para la mayoría de los
países en desarrollo de la región, con un gran y creciente negocio de llevar a cabo
prácticas de reciclaje sin licencia y muchas veces informales desde el patio
trasero.
Estos procesos no sólo son peligrosos para los recicladores, sus
comunidades y el medio ambiente, sino que también son ineficientes, ya que son
incapaces de extraer el valor total de los productos procesados. En su mayoría,
estos recicladores recuperan oro, plata, paladio y cobre, en su mayor parte a
partir de placas de circuitos impresos (PCB, por sus siglas en inglés) y
alambres utilizando peligrosos procesos de lixiviación química húmeda
comúnmente también conocidos como baños de ácido.
Normalmente, los recicladores informales usan disolventes, tales
como ácido sulfúrico (para el cobre) o agua regia (para el oro). Las soluciones
de lixiviado pasan por procesos de separación y purificación para concentrar
los metales valiosos y separar las impurezas, lo que a menudo resulta en la
liberación de vapores tóxicos.
"La quema de aire y el reciclaje con baños ácidos en el
sector informal tienen graves impactos negativos en la salud ocupacional de los
procesadores --advierte Shunichi Honda, coautor de este estudio--. En ausencia
de materiales protectores como guantes, gafas, máscaras, etcétera, la
inhalación y la exposición a sustancias químicas y sustancias peligrosas
afectan directamente a la salud de los trabajadores".
"Se han detectado asociaciones entre la exposición al
tratamiento inadecuado de los desechos electrónicos y la alteración de la
función tiroidea, la reducción de la función pulmonar, resultados negativos en
el parto, disminución del crecimiento infantil, resultados negativos de salud
mental, deterioro del desarrollo cognitivo, citotoxicidad y
genotoxicidad", añade.
"La exposición indirecta a estas sustancias peligrosas es
también una causa de muchos problemas de salud, en particular para las familias
de recicladores informales que a menudo viven y trabajan en el mismo lugar, así
como también para los que trabajan en el mismo lugar y para las comunidades que
viven en y alrededor del área de sitios informales de reciclaje", agrega
el coautor Deepali Sinha Khetriwal, miembro de la Universidad de Naciones
Unidas.
Según el informe, Japón, Corea del Sur y Taiwán tienen una
ventaja a la hora de establecer sistemas de recolección y reciclaje de residuos
electrónicos, habiendo comenzado a fines de los años noventa a adoptar y hacer
cumplir legislaciones específicas sobre residuos electrónicos, una política que
se diseñó en gran parte gracias a la experiencia en la gestión de residuos
sólidos. Entre las economías y zonas más avanzadas de Asia, las tres se
caracterizan por una alta generación per cápita de desechos electrónicos,
recolección formal e infraestructura de reciclado y una aplicación
relativamente sólida.
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