El
desayuno es considerado como la principal comida del día, no sólo por los
alimentos que lo componen sino por la importante función que este desempeña en
el organismo. Desde el punto de vista fisiológico, la primera comida del día
irrumpe un período de ayuno muy prolongado: Las horas de sueño.
Durante
el sueño, muchas funciones cerebrales “se duermen” necesitando del aporte
energético que les proveerá el desayuno para reactivarse para el día. Los
nutrientes básicos para cumplir con ese objetivo son las vitaminas, hierro,
zinc y el calcio entre otros minerales, por lo que un buen desayuno se define
como una equilibrada combinación de lácteos, pan, cereales y frutas variadas
que combinadas representan el 30% de los nutrientes que necesita diariamente el
organismo para funcionar correctamente. Asimismo, un desayuno completo está
ligado a un mejor rendimiento físico y psíquico.
Según
diversos estudios, se ha demostrado que la primera comida del día ayuda a los
niños a pensar con rapidez, prestar atención y comunicarse en forma apropiada
con el entorno. Un niño en edad escolar que concurre a su colegio sin desayunar
correctamente tiene dificultades de concentración y memoria, o también puede
sentirse cansado y nervioso. Todas funciones cerebrales, que se han vinculado
con el buen desayuno. Es importante tener en cuenta que el cerebro se alimenta
de glucosa y funciona a través de ella, por tanto, el desayuno debe aportar 140
gramos de esa sustancia, que de no ser incorporada el organismo estará obligado
a reemplazar dependiendo de las grasas, fuente de combustible de reserva,
aunque bastante menos eficaz.
La
falta de conciencia sobre la importancia del desayuno cruza todos los sectores
sociales, debiendo entonces educar a la gente para que valorice correctamente
la función biológica de esta temprana comida. Los elementos que debe contener
el desayuno son: • Lácteos en general: (leche, yogur, queso, que combinados con
los cereales aportan proteínas de alto valor biológico, más calcio, hierro y
zinc. • Cereales, galletas o pan: Son un buen vehículo energético y aportan
hidratos de carbono a la dieta y por ende ayudan a la presencia de glucosa. •
Frutas y jugos: Para aportar las vitaminas hidrosolubles necesarias para el
organismo (estas no se acumulan en el organismo) y deben ser incorporadas
diariamente. Estas, también ayudarán al buen funcionamiento de intestino y
órganos digestivos. Los datos fueron ofrecidos por alimentacion-sana.org.