Leonardo Wilhelm DiCaprio; Los Ángeles, 1974 Actor estadounidense. Su
padre, George DiCaprio, fue distribuidor de cómics; con el tiempo, y gracias al
éxito y popularidad de su hijo, ha llevado los asuntos profesionales de éste,
al mismo tiempo que ha cuidado de sus finanzas. Su madre, de nombre Imerline,
se separó de su padre cuando Leonardo contaba con sólo un año. Ambos cónyuges compartieron
la custodia del hijo, hasta que este decidió emanciparse en 1997.
Sus
estudios fueron discretos; no fue a la universidad y cursó enseñanzas básicas
en Los Ángeles, en la John Marshall High School. Su dedicación al mundo de la
imagen comenzó en el campo de la publicidad para la televisión, para luego
participar en filmes de tipo divulgativo. Su primera aparición en pantalla tuvo
lugar con la películaCritters 3 (1991),
un discreto título en el que el miedo y un raro sentido del humor se daban la mano.
Su debut como protagonista fue en Vida de este chico (1993),
dirigida por Michael Caton-Jones, donde compartía cartel con Robert de Niro;
apenas contaba con 19 años. La película le valió el Premio Nueva Generación y
las respectivas candidaturas al Globo de Oro y el Oscar al mejor actor. A ese
título ya siguió una relativamente abundante serie de producciones que de algún
modo contribuyeron a abrirle paso en el tortuoso camino del estrellato en el
cine norteamericano.
Así, participó en ¿A quién ama Gilbert Grape? (1994), como el hermano discapacitado
de Johnny Depp; y en Rápida y mortal (1995), junto a Sharon Stone y Gene
Hackman, un western que pretendía ser innovador, a mayor gloria de la actriz
protagonista, pero que no pasó de discreto. Intervino en una curiosa versión deRomeo y Julieta (1996), con Claire Danes, donde el
eterno mito que concibiera William Shakespeare y que tanto juego ha dado en el
cine, era recreado de una manera particular, en la que la realidad y lo onírico
y los juegos con el tiempo se mezclaban con el fin de acercar la historia a
nuestro tiempo y que fuera aceptada por un público joven.
Esta
trayectoria sirvió para que DiCaprio fuera labrándose un historial de actor
eminentemente intuitivo, sin formación académica, pero que lograba buenas
interpretaciones, sin ceder lo más mínimo ante actores de fama más consolidada.
Su prestigio se acrecentaba gracias también a su físico: rubio, de aspecto
aniñado, entre dulce y moderno, con unos expresivos ojos claros que en
ocasiones pueden darle a su mirada un punto de dureza y rebeldía.
No
obstante, su gran ocasión le llegó cuando el no siempre bien valorado James
Cameron le ofreció el papel de protagonista masculino en Titanic (1997).
La película no sólo se llevó un considerable número de oscars de la Academia
-no el de interpretación, precisamente- sino que, además, se convirtió en un
fenómeno social muy por encima de sus indudables valores cinematográficos.
Sin
duda, uno de los aciertos de Cameron fue confiar los dos principales papeles a
una pareja como DiCaprio y Kate Winslet. Ellos supieron impregnar de
romanticismo y poesía una relación sentimental que, en el fondo, no era más que
la reedición de Romeo y Julieta, con el hundimiento del barco y un cuadro
social e histórico como telón de fondo. Todo ello acompañado de un despliegue
de medios y tecnología que se supo utilizar con inteligencia, sin que ocultasen
la historia a cuyo servicio se encontraban. El éxito para la película y sus
protagonistas, en especial DiCaprio, se puede calificar de grandioso.
No
obstante, la fama impone su servidumbre, y DiCaprio ha pasado por malos
momentos personales. A pesar de ello, arropado por él éxito internacional
conseguido, participó en El hombre de la máscara de
hierro (1998), una
nueva versión del melodrama de Dumas donde interpreta el doble papel de Luis
XIV y su supuesto hermano, rodeado por un trío formidable, integrado por Jeremy
Irons, Gerard Depardieu y John Malkovich. El resultado fue discreto, pero su
personaje fue el máximo aliciente para que millones de jovencitas se acercaran
a la taquilla para ver a su ídolo.
Los proyectos se han acumulado desde entonces en su agenda,
aunque su juventud le ha impedido ser tenido en cuenta por los directores para
participar en proyectos de más enjundia. Debe destacarse su participación en el
proyecto del siempre genial Woody Allen, Celebrity (1998), donde da vida a un personaje
que en gran medida se encaja a la perfección en su propia biografía, aunque
algo caricaturizada: una joven estrella de cine que es literalmente acosada por
sus fans y que vive en un mundo aparte de lujo y excentricidad. Aficionado a
los videojuegos y el tenis de mesa, sin duda se consolidaba como una de las
estrellas cinematográficas más prometedoras para el siglo XXI.
El fracaso comercial de La Playa (1999) mantuvo al joven actor alejado
de los grandes proyectos cinematográficos durante una larga temporada hasta que
en 2002 regresó a la pantalla grande de la mano de dos de los mejores
directores de Hollywood, Martin Scorsese, que le brindó un extraordinario papel
en Gangs of New York, y Steven Spielberg, quien también
contó con DiCaprio para protagonizar el thriller Atrápame si puedes.